TERAPIA PARA ADULTOS


A nadie le gusta revivir aquello que le ha hecho daño, de ahí que una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los pacientes que se someten a terapia con EMDR es dejarse llevar por los recuerdos que a partir de una situación dolorosa van reapareciendo en la memoria. Pero si el paciente se deja guiar por el terapeuta, verá como ese dolor es algo pasajero, y que a medida que avanza la sesión de EMDR se va mitigando.

EMDR requiere revivir con actitud consciente aquellas situaciones que han provocado dolor, recuperando imágenes, sonidos, olores, pensamientos, mensajes, sensaciones, que han quedado grabados, y que incluso en ocasiones, aparentemente, no están directamente relacionados con el hecho inicial. Se trata de flashbacks potenciados por el poder autocurativo de mente-cuerpo.

El apego con las personas cercanas durante la infancia es la base sobre la que se asientan los patrones de vinculación adulta, por lo tanto, si éste no se establece de manera sólida y segura, puede acarrear consecuencias en la madurez, llegando a desarrollar los conocidos traumas de apego.

Francisca García, presidenta de la Asociación de EMDR España explica que los traumas, sin importar su origen, afectan directamente a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas y que cuanto más crónico sea, más tiempo tarda el cerebro en reparar este problema.

Además, según los profesionales de la Psicología, los traumas más resistentes son aquellos que están relacionados con el apego, con la edad, y con la gravedad de la situación vivida. De hecho, si el trauma de apego alcanza la edad adulta, presenta una complicación añadida pues cuando somos niños nuestras relaciones de apego son únicamente con nuestros padres, pero a medida que vamos creciendo, establecemos más vínculos personales con diferentes personas de nuestro entorno.

Por lo que, los traumas de apego en adultos repercuten no sólo en la manera de vincularse con otras personas, sino que también afectan a las relaciones con sus propias emociones (distanciándose o enredándose en las emociones internas) e incluso, condicionando la autoestima y la autoprotección de uno mismo.

Si el paciente se deja guiar por el terapeuta, verá como ese dolor es algo pasajero, y que a medida que avanza la sesión de EMDR se va mitigando.

A nadie le gusta revivir aquello que le ha hecho daño, de ahí que una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los pacientes que se someten a terapia con EMDR es dejarse llevar por los recuerdos que a partir de una situación dolorosa van reapareciendo en la memoria. Pero si el paciente se deja guiar por el terapeuta, verá como ese dolor es algo pasajero, y que a medida que avanza la sesión de EMDR se va mitigando.

EMDR requiere revivir con actitud consciente aquellas situaciones que han provocado dolor, recuperando imágenes, sonidos, olores, pensamientos, mensajes, sensaciones, que han quedado grabados, y que incluso en ocasiones, aparentemente, no están directamente relacionados con el hecho inicial. Se trata de flashbacks potenciados por el poder autocurativo de mente-cuerpo.

El apego con las personas cercanas durante la infancia es la base sobre la que se asientan los patrones de vinculación adulta, por lo tanto, si éste no se establece de manera sólida y segura, puede acarrear consecuencias en la madurez, llegando a desarrollar los conocidos traumas de apego.

Francisca García, presidenta de la Asociación de EMDR España explica que los traumas, sin importar su origen, afectan directamente a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas y que cuanto más crónico sea, más tiempo tarda el cerebro en reparar este problema.

Además, según los profesionales de la Psicología, los traumas más resistentes son aquellos que están relacionados con el apego, con la edad, y con la gravedad de la situación vivida. De hecho, si el trauma de apego alcanza la edad adulta, presenta una complicación añadida pues cuando somos niños nuestras relaciones de apego son únicamente con nuestros padres, pero a medida que vamos creciendo, establecemos más vínculos personales con diferentes personas de nuestro entorno.

Por lo que, los traumas de apego en adultos repercuten no sólo en la manera de vincularse con otras personas, sino que también afectan a las relaciones con sus propias emociones (distanciándose o enredándose en las emociones internas) e incluso, condicionando la autoestima y la autoprotección de uno mismo.

Los traumas aparecen con síntomas como:

  • Depresión
  • Estrés: manejo del estrés
  • Baja Autoestima
  • Fobias
  • Ansiedad Generalizada
  • Ansiedad Social / Fobia Social
  • Agorafobia
  • Trastorno de Pánico
  • Trastorno Obsesivo-Compulsivo
  • Trastornos Psicosomáticos
  • Dificultades en las relaciones sociales y de pareja

¿Cuáles son los motivos de consulta más comunes?

  • Duelo
  • Miedos y fobias
  • Depresión
  • Trastornos del sueño
  • Obsesiones y Compulsiones
  • Estrés
  • Agorafobia
  • Traumas
  • Adopción
  • Abusos Sexuales/Emocionales/Físicos
  • Trastornos de Personalidad
  • Técnicas de relajación
  • Tics nerviosos
  • Apoyo para dejar de fumar
  • Trastornos de la alimentación
  • Adicciones concretas
  • Apoyo en situaciones difíciles
  • Somatizaciones
  • Autoestima
  • Fobia Social
  • Moobing
  • Compra Compulsiva
  • Tics nerviosos
  • Trastorno de ansiedad generalizada (TLP)
  • Alcoholismo
  • Dimorfismo Corporal
  • TDAH Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
  • Trastorno de Estrés Postraumático: abusos sexuales, violaciones, atentados, accidentes, catástrofes naturales, crímenes, violencia de género

Para conseguir superar estos problemas, es necesaria la ayuda de profesionales terapeutas que tengan una formación adecuada y especializada.

Para estas dificultades, EMDR es, según los expertos, la terapia más eficaz y adecuada para solucionar estos cuadros.

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