que es el apego y consecuencias

El Apego y sus Consecuencias en la Edad Adulta

Cuando somos bebés, estamos preparados de forma innata para vincularnos con nuestras figuras de protección. Estas figuras deberán proporcionarnos los cuidados estarán enfocados especialmente a atender nuestras necesidades básicas (alimentos, cuidados de higiene, regulación emocional, protección, etc.) y de ahí nacerá una relación muy especial de amor que será nuestra impronta a la hora de relacionarnos con el mundo que nos rodea. Por ello, en función de cómo sea esta primera forma de vinculación, así estará determinado nuestro desarrollo social y emocional.

El apego es el primer lazo que tenemos con alguien. ¿Y quién es ese alguien en primer lugar?
Con mamá, porque estamos 9 meses (en el mejor de los casos) dentro de ella. Este lazo es importante pues será la primera base, la primera plantilla o modelo para relacionarnos con el mundo, y esto es fundamental para nuestra supervivencia.

Esta relación tiene que ver con la herencia evolutiva ya que nuestra mamá también tendrá un apego de base, que a su vez aprendió de sus padres y así sucesivamente.
También decir que es una necesidad primaria pues, como ya he comentado, la supervivencia del bebé, su bienestar emocional y físico, depende de la posibilidad de entablar esta búsqueda de relacionarse con el otro.

Por lo general, sólo se habla de apego en la infancia, sin embargo, el apego es observable y está presente toda la vida y, aparece, a la hora de relacionarnos, pero especialmente en situaciones de peligro. Éste es cambiante y varía en función de cómo nos relacionemos con unas personas u otras y de nuestras experiencias vitales, pero siempre tendremos uno que será nuestra pauta.

Tipos de Apego

Tenemos tres tipos de apegos descritos por Bowlby:

– Apego Seguro

  • El joven confía en que la otra persona de la relación va a estar disponible físicamente y emocionalmente cuando le necesite y que, su respuesta va a ser coherente y sensible a lo que él necesita en ese momento
  • De este modo, el niño siente seguridad para explorar el ambiente.
  • En la edad adulta, vemos que son personas con una buena confianza en sí mismos y en los demás. Son más tolerantes y comprensivos con el acercamiento y alejamiento (físico y emocional) de las personas, haciendo que no vean amenazada su propia seguridad por este hecho.

– Apego Ambivalente

  • El niño no sabe si el otro estará disponible y sensible/coherente para él en el momento que él lo necesite. Vamos, no sabe si el otro le ayudará o no
  • Entonces en niño a veces busca al adulto y otras veces lo rechaza
  • En adultos, son personas que necesitan constantemente que el otro les diga que le quieren, que están ahí, que les den constantemente muestras de afecto… todo para poder sentir seguridad porque no poseen el modelo mental del otro como algo estable y permanente
  • También, se incomodan con el alejamiento de las personas pues piensan que les van a abandonar y que ya no van a volver nunca

– Apego Evitativo

  • El pequeño no confía en la otra persona porque, cuando lo ha necesitado, la otra persona no ha estado ni disponible ni sensible para ellos.
  • Son niños que son demasiado autosuficientes para su edad
  • Realmente, lo que les pasa es que han vivido un abandono y, en vez de esperar que les abandonen, cómo no saben qué ha pasado, ni porqué ni nada, para tener ellos el control, son ellos los que se alejan.
  • Como adultos, interpretan como un rechazo o un abandono cualquier conducta ambivalente o poco clara del otro. Siente desconfianza e incomodidad ante la proximidad física y emocional del otro

Existe un cuarto tipo de apego detectado por Main y Weston:

– Apego Desorganizado

  • En niños, es una mezcla de apego ambivalente y evitativo porque a veces buscan proximidad exageradamente y otras rechazan desproporcionalmente al cuidador
  • «Quien más me tenía que cuidar es quien más daño me está haciendo”: Surgen tras situaciones de trauma relacionadas con las figuras de apego o de seguridad. El cerebro de un niño no puede entender esto y se “rompe”ç
  • También pueden aparecer por traumas no resueltos de los padres

El apego se crea cada vez que los padres responden a las necesidades del bebé. No se forma en minutos u horas, sino en el día a día de la relación, desde el nacimiento hasta la adultez.

¿Cómo podemos fomentar el desarrollo de un apego seguro?

Algunas estrategias básicas para fomentar el Apego Seguro son:
– El juego es un instrumento indispensable para vincularse con el niño.
– El contacto físico y afectivo es fundamental para calmar. Cuando somos adultos, en situaciones de difíciles, lo que necesitamos es que alguien nos abrace.
– Es muy importante estar atento a sus necesidades, saber leer sus señales y dar respuestas coherentes y sensibles a ellas.
– Ofrecer el regazo y el hogar como lugares de seguridad y calma, dónde nada malo puede ocurrir, aunque hablemos de cosas desagradables.
– Trabajar desde el adulto nuestras heridas de apego, pues, como ya se comentaba, el apego tiene que ver con nuestra herencia evolutiva y es importante sanar nuestra historia para romper la cadena con nuestros hijos.

La Aceptación y el Amor Incondicional

El Apego Seguro tiene que ver con el amor incondicional, la seguridad y las respuestas coherentes a las necesidades del hijo.
Uno de los puntos fuertes del Apego Seguro, es la convicción del hijo del amor incondicional de sus padres. Es decir, que pase lo que pase, haga lo que haga, sea lo que sea, ellos siempre van a estar a su lado y aceptarán a su hijo haga lo que haga, decida lo que decida.

Cuando hablamos de Apego Seguro, estamos hablamos de amor, de querer y cuidar, de responder de forma adecuada a las necesidades del hijo, no de si te compraban todo lo que querías o te llevaron al mejor colegio.

No se trata de todo lo material que te han proporcionado, sino del amor incondicional que has recibido por venir al mundo. Desde el momento en que somos engendrados, necesitamos recibir amor para poder sobrevivir.

En ocasiones, no hemos recibido respuesta alguna de nuestro entorno cuando lo hemos necesitado. Si no hay amor incondicional disponible en nuestro entorno, corremos el riesgo de enganchamos. Puede ocurrirnos con cualquier “cosa que se le parezca” y que pueda estar a nuestro alcance. Esto puede ser un factor de riesgo para conformarnos con “migajas de amor”. Así podrá afectar a nuestras relaciones amorosas o sociales, o terminar mantenernos en una relación de maltrato.

Qué es el llanto de apego

El bebé, cuando necesita a sus figuras de seguridad, emite un sonido que se llama “Llanto de Apego”. Esto se produce con el fin de recibir algo que necesita (hambre, calor, compañía, cambiar el pañal, expresar que le duele la tripa, etc.). Si ningún cuidador viene en su ayuda y no puede cubrir las necesidades del niño, esto da lugar al GRITO DE APEGO. Este está relacionado con las respuestas naturales de supervivencia (lucha, huida o bloqueo). Si, aun así nadie viene a conslarle, el niño se queda dormido de agotamiento si nadie viene a consolarle.

Los bebés son las “crías del ser humano”. Es por ello por lo que son más vulnerables que los adultos a entrar en este tipo de mecanismos de supervivencia. Debido a que no disponen de otros recursos (su principal recurso es el adulto) a su alcance para solventar sus propias necesidades.

Esto implica que, si el niño no es visto, no recibe los cuidados adecuados, tiende a culparse a sí mismo por no recibir lo que necesita. Esto es debido a que el cerebro de los niños no está preparado para entender por qué los adultos no saben o no pueden cuidarlo. Sin embargo, sí para pensar que hay algo en ellos que provoca este cuidado inadecuado o que no son importantes para sus cuidadores. Son PENSAMIENTOS DICOTÓMICOS Y EGOCÉNTRICOS (pues los niños entienden el mundo a través de sus propias experiencias, a través de ellos mismos).

¿Existe el amor condicional?

Por otro lado, cuando el amor pasa a ser condicional (sólo voy a recibir amor bajo unas condiciones), se produce una herida profunda. Asimismo se ponen en marcha una serie de mecanismos de supervivencia y adaptación que tenemos de forma innata.

Existen niños que sólo han sido atendidos sólo cuando “son buenos”. Esto nos lleva a olvidarnos de nosotros mismos. De esta forma estaremos dando siempre prioridad al otro y dejando de lado de nuestras propias necesidades con el fin de recibir aprobación y afecto.

Necesitamos ser perfectos y destacar en todo, sin darnos cuenta que es una meta poco realista. La perfección no es más que el máximo exponente de la inseguridad.

De esta forma, gestamos adultos indecisos, con fobias, incapaces de identificar sus emociones y necesidades, que se relacionan con personas que se alejan de ellos. O sustituimos el amor real por uno irreal o unos “likes” a través de las redes sociales.

En su origen, estos mecanismos que nos salvaron de la muerte emocional en nuestros primeros años de vida. Al conseguir sobrevivir, se convierten en herramientas en la edad adulta que nos siguen ayudando a sobrevivir (aunque no ha vivir). Así olvidan la otra cara de la moneda, el gran daño que nos produce el sentirnos solos o vacíos.

Esto es debido a que son formas de relacionarse con el mundo desde el trauma. Al suceder a muy temprana edad, no estamos dotados de suficientes herramientas de resolución de estos conflictos. Estos se quedan guardados en sistemas de resolución inadecuados y anticuados (aunque no seamos conscientes todavía de ello).

¿Cómo puedo resolver como adulto estos problemas derivados del Apego en mi infancia?

En primer lugar, es importante que identifiques qué ha podido pasar para que tus padres no pudieran responder a tus necesidades como tú esperabas.
Pueden ser un sinfín de posibilidades:
– Falta de información
– Embarazos complicados o abortos previos
– Situaciones de trauma no resueltos durante tu gestación (por ejemplo, fallecimiento de un familiar cuando tu madre estaba embarazada de ti)
– Historia de los padres (miedos de los padres debidos a su historia vital)

No se trata de justificar, sino de entender desde el adulto qué ha podido pasar para que esto no se haya podido dar de una forma adecuada y crear así nuevos canales que ayuden a tu cerebro a sanar este daño. Todos los padres lo hacen lo mejor pueden y saben, aunque en ocasiones se equivoquen.

Después, es importante que valores qué consecuencias ha tenido en ti dichas conductas y cómo está afectando en tu día a día. Puede ser que no te sientas valioso, que sientas celos cuando tu pareja se sale con unos amigos y no contigo, falta de autoestima, etc.
Ten en cuenta que estas respuestas son las únicas que podías alcanzar cuando se inició todo, y que, como adulto, ahora eres capaz de poder resolver y enfrentar estas situaciones de una forma más adaptativa, serena y sana.

¿Y qué ocurre si con todo esto no es suficiente?

Ahí es donde entro yo y la ayuda profesional que te facilito. Toda esta sintomatología derivada del apego tiene solución y estoy aquí para proporcionarte nuevas estrategias que te ayuden a mejorar en tu calidad de vida. Descubre todo sobre la terapia EMDR en Madrid o la terapia para adultos para más información.

1 Comentario

Deja un comentario
WhatsApp chat
Usamos cookies para sacarte una sonrisa. Si estás de acuerdo, sonríe y acepta nuestra política de privacidad.    Ver
Privacidad